Para finales del siglo XIX, Venezuela comenzó a disfrutar la bendición de contar con misioneros residentes en su territorio. Entre esos pioneros encontramos a los esposos Don Gerardo y Carolina de Bailly. En 1896 se establecieron en Caracas auspiciados por la Alianza Cristiana y Misionera.
Tenían el encargo de la evangelización de la capital, pero también alcanzar el Sur y el Oriente del país.
Luego de una experiencia pentecostal, Gerardo A. Bailly se separó de la Alianza y fundó su propia agencia misionera, la Misión Hebrón. Con el vivo deseo de capacitar obreros que atendieran el trabajo en las zonas conquistadas, estableció lo que probablemente es uno de los primeros institutos bíblicos nacionales: El Instituto Bíblico Hebrón, el cual funcionó en la zona montañosa de los Teques (Miranda).
Es con este venerable Pastor que el joven Van V. Eddings viene a la patria de Bolívar por primera vez en 1914. Lewis (2004) dice al respecto: “Van V. Eddings y Vermon Morgan, solteros y recién graduados del Instituto Bíblico de Los Ángeles, llegaron a Venezuela en 1914 con el fin de conocer el trabajo del misionero Gerardo A. Bailly y ver si volverían a colaborar con su misión. Eddings y Morgan llegaron a Venezuela como tripulantes de un barco. Así ganaron su pasaje, más un dólar y la comida. Permanecieron seis meses en el país. Regresaron a los Estados Unidos de América a celebrar sus respectivas bodas y a hacer preparativos para continuar su vida misionera” (pág. 23).
Una vez en el Norte, Eddings se casa con su novia Gara Loenen el 26 de septiembre de 1914. Ella era una enfermera recién graduada (mucho le serviría su profesión en su vida misionera).
Con el fin de adquirir experiencia misionera y pastoral, los esposos Eddings se mudan a un poblado de Nuevo México llamado Mogollón, siguiendo el consejo de su mentor espiritual.
En aquel poblado que tenía pocas iglesias cristianas y con una alta presencia de mexicanos, les llegó una carta que enviaba desde Venezuela el reverendo Bailly. Lewis (2004) reproduce esta misiva así:
“Estimado Hermano Van: La necesidad en este campo es muy apremiante. Mi más preciado colaborador murió de fiebre. ¿Cómo puedo continuar sin él? Dios necesita que hombres jóvenes se metan en la brecha. Sal tú, confiando en las promesas de Dios. No pueden fallarte. Dios es fiel a lo que ha prometido. No te detengas. Ven a ayudarme.” Gerardo Bailly (pág. 24)
Bailly se refería a Frederic Bullen. De él señala Macías (s/f) lo siguiente: “Bullen como Colportor de la Sociedad Bíblica y Director del Instituto Bíblico Hebrón, pasaba mucho tiempo fuera de Caracas cumpliendo compromisos de la misión. Para febrero de 1915, Bullen y Diego Martínez estaban en Margarita con unos estudiantes del Instituto. En julio salieron de viaje para San Cristóbal. Al llegar a San Felipe (Yaracuy) enfermó y tuvieron que quedarse por 15 días. Restablecido, siguió viaje hacia Barquisimeto. Allí su salud recayó al beber de agua estancada que había colado con su pañuelo. Murió en esa ciudad” (págs. 99,100).
Lewis (2004) precisa más la causa de la muerte de Bullen: “Randall creía la doctrina que la Misión de Bailly tenía en aquel entonces, según la cual, la sanidad del cuerpo es parte de los beneficios adquiridos por Cristo en la cruz del Calvario. Por tanto, no tomó quinina, pues creía que Dios los sanaría. La enfermera Engracia (Gara) tomó nota de esto con profundo interés, pues unos seis meses antes, Fred Bullen había muerto de la misma plaga en Barquisimeto.” (pág. 251). Se deduce por el tratamiento que Bullen murió de paludismo en aquel lejano 1915.
Ante esta angustiante llamada, ¿Qué hicieron los Eddings? ¿Cómo influyó la decisión de los Eddings en la posterior fundación de ASIGEO? ¿Cómo se relacionaron los nombres de estos hombres en la fundación de la iglesia en el Oriente y el Sur de Venezuela?.
Lo sabremos en las siguientes entregas.
Cronista de Asigeo, Facilitador del IBLD y miembro del Consejo Pastoral de la Iglesia Evangélica «El Buen Pastor» de Carúpano | R5
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