Reconocemos que durante este tiempo de pandemia los días han sido anormales. En casa, educación infantil, espiritualidad, matrimonio, tiempo en familia, y demás áreas, hemos tenido grandes cambios. En algunas quizás hemos mejorado, en otras tal vez retrocedido. 

Y, en el área de nuestro matrimonio, ¿Cómo hemos estado? ¿Hemos sido románticos intencionales en este tiempo abrumador? ¿Nos hemos esforzado por mantener la llama del amor encendida hacia nuestro cónyuge? Puede sonar irónico, pero no, también en cuarentena debemos tomar tiempo para alimentar y llenar ese tanque de amor porque los días son malos y opacos. Continuemos leyendo y nos animaremos.

Realidad conyugal en confinamiento

Actualmente se habla de cifras elevadas de divorcio en tiempos de pandemia. Y es notorio que el caos por el covid-19 vino a exacerbar los hogares para aumentar la violencia familiar. ¿Es el Covid-19 responsable? No. Las familias somos responsables de cómo actuamos en este tiempo difícil. Necesitamos volver a la fuente de vida para que encontremos socorro y paz.

Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz. Salmos 36:9

Y nuestra realidad es que tenemos que cuidar a los niños, lavar grandes torres de platos sucios, ropa, y un sin fin de actividades pendientes. Entre todo esto, nos airamos, molestamos, cargamos, estresamos, turbamos, y creemos no tener tiempo para un abrazo, beso, caricias, palabras de halago a nuestro compañero o compañera de vida. Cuánta falta hace animarnos mutuamente sin olvidar los momentos de intimidad, porque también debemos tomar tiempo para ello.

Sí hay múltiples oportunidades, solo que debemos ser intencionales. Todas estas cosas nutren nuestro amor, llenan ese tanque para que no esté vacío en un tiempo tan desesperado, abrumador, desestabilizado como el que estamos viviendo en el mundo entero. Necesitamos esforzarnos por mantener nuestro matrimonio blindado en tiempos de dificultad.

¿Cómo mantener esa llama de amor en aumento?

 Comunicación: ahora estamos juntos las 24 horas del día, realizamos actividades juntos que antes quizás no hacíamos. Las miradas dicen demasiado, los ojos son la ventana del alma; mira a tu cónyuge constantemente, dile con tu mirada todo lo que tienes en tu corazón por él o ella. No se queden callados, pues aprovechen esas largas horas que pasan juntos.
 
 NO a las malas palabras: esfuércense por hablar bien el uno del otro. Ya basta de críticas y murmuraciones sobre tu cónyuge. Si lavó los platos o no, si atendió bien o mal la casa en cuarentena. Establezcan acuerdos y organicen sus tareas diarias para que eviten malas palabras y ofensas. Recordemos que…

Ahora es el momento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la calumnia y el lenguaje sucio. No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos. Colosenses 3:8-9

 Un buen café juntos: el café une corazones. Si no consumes café, puede ser otra bebida, pero el hecho de que en este confinamiento puedan tomarse algo juntos y compartir una grata conversación, oxigena su amor. Prepárale su café a la hora deseada, y compartan juntos la dicha que les da Dios de tomarse un buen café, jugo, o bebida de su agrado.
Sé intencional en los actos: ser automáticos y monótonos puede ser desventajoso. Seamos intencionales en la buena manera de tratar a nuestro cónyuge. Preparémosle una buena comida y propongámonos a servirle con amor, cada día. Este tiempo es perfecto para servir sin reservas ni condiciones a quienes tenemos cerca, nuestra familia. 

“Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo” 1 Timoteo 5:8

“Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. Efesios 5:25

Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”. Mateo 20:28

 Buenos recuerdos: traigan a memoria esos momentos únicos e irrepetibles que disfrutaron antes de la pandemia y confinamiento. Aquellos viajes, boda, nacimiento de los niños, y gratos momentos vividos, será bueno traerlos a colación pues alientan y nutren el alma y la comunicación. Busquen los álbumes fotográficos y rememoren lo vivido. Esto oxigena el alma y las emociones; nada mejor que recordar en familia.
 
Quizás, en medio de las fotografías observes rostros felices… Autoevalúense como pareja, si en la actualidad conservan esa misma sonrisa, alegría y serenidad. Que de esos momentos puedan quedar grandes reflexiones, para esforzarse juntos por el futuro que vendrá. Recordemos que esta pandemia no será eterna, al igual que el confinamiento. 

Aprovechemos bien el tiempo, pues todo tiene su momento bajo el cielo. Este es el momento de disfrutar como matrimonio la pandemia. Ya basta de juicios, peleas, conflictos. Usemos este tiempo abrumador como una oportunidad para mantener viva esa llama de amor.

Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.  Efesios 5:15-17

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