Han sido días difíciles, llenos de ansiedad, pánico, desesperación, lágrimas, angustia e incertidumbre. Dios ha estado allí en todo momento cuando nos hemos sentido así. Él está presente en todo. Sabe lo que estamos viviendo,  nos consuela, controla, calma, nos hace cantar y adorarle en medio de la tempestad.
Él es nuestro refugio en medio de la angustia. Somos humanos falibles, sentimos y nos angustiamos, por eso debemos depender TOTALMENTE de Él.

«Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza.

Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.»
‭‭Salmos‬ ‭46:1-3, 7, 10-11‬ ‭RVR1960‬‬

¡Cuánta calma y paz nos trae este salmo!

Tiempo en  casa

Ahora que estamos reunidos todos en casa, juntos y en familia, tenemos tiempo para conversar, amar, servir, orar y cantar más; así como también hacer tantas otras cosas juntos. Nuestros hijos hacen preguntas acerca de todo lo que está ocurriendo en el mundo; ellos saben que algo está pasando, no les basta con solo escuchar sobre el virus y ya.

Ellos quieren más información detallada acerca del caos y angustia que tienen las personas, de lo ansiosos que estamos papá y mamá; ellos necesitan saber ¿por qué está pasando todo esto?

¿Cómo estás haciendo para explicarles más allá de las prevenciones que debemos tomar para no contagiarnos? ¿Qué les respondes cuando te hacen preguntas más profundas sobre la actitud de las personas fuera y dentro de casa?

Es momento de infundirles paz, de aprovechar este tiempo de intimidad en familia para hablarles de Jesús, para llevarlos a la cruz, y explicarles de una manera bíblica lo que estamos viviendo.

¡Hazle preguntas!

Pregúntales ¿cómo están en estos días y cómo se sienten con la decisión de pasar tiempo total en casa? Esto los llevará a sincerarse y manifestar sus emociones. Usa esto para explicarles sobre la obediencia a Dios.

¡Sé intencional!

Todo lo que hagan dentro de casa, pide a Dios que te guíe para que cada cosa puedas convertirla en una oportunidad para hablarles del amor de Dios por la humanidad. Aprovecha de explicarles que la escritura ya había anunciado que en los últimos tiempos vendrían este tipo de enfermedades a nivel mundial, pero que Dios prometió estar con nosotros en medio de las pruebas. 2 Timoteo 3:1

¡Ora con ellos!

Prepara momentos de oración donde juntos puedan clamar a Dios por misericordia y pedir perdón por todos los pecados de las personas, y por los de ellos también. 1 Tesalonicenses 5:17

¡Llévalos a la cruz!

Recuérdales que el sacrificio de Jesús en la cruz cargó nuestras enfermedades y dolencias, pero muchas veces Dios permite estas cosas para que nos acerquemos más a Él y nos humillemos ante su presencia. Llévalos a entender que la muerte de Jesús y su resurrección significó la victoria sobre todas las enfermedades y prometió darnos un nuevo hogar. Isaías 53:1-12

¡Muéstrales la realidad!

A través de la biblia enséñales que la condición del ser humano es de fragilidad, debilidad, y que el ser humano es como la flor del campo. Hazles entender lo necesitados que estamos de Dios, así como lo dependientes de debemos ser de Él. Porque sin Él morimos.  1 Pedro 1:24, Salmo 103:15-16, Isaías 51:12

¡Infúndeles esperanza!

Demuéstrales con tu propio ejemplo que Dios es nuestra esperanza en este tiempo de prueba. Que además, no existe ninguna situación por difícil que sea, en la que Él,  no pueda ayudarnos a sobrellevarla. Jeremías 29:11, Salmos 42:11, Mateo 11:28, Juan 16:33

¡Recuérdales las promesas eternas!

Recuérdales  que esta tierra es un hogar temporal, pero que Dios nos prometió un lugar donde no habrá enfermedad, dolor, tristeza, llanto, caos, ansiedad, dolor, muerte. En ese mismo lugar reinará la paz, el amor, la felicidad y la calma. Y lo más bello, estaremos eternamente con Él. 1 Tesalonicenses 4:16-17, Juan 14:2, Filipenses 3:20
 
Esta es una oportunidad de oro para que acerquemos a nuestros hijos hacia Dios. No la perdamos.

Si tu esperanza aún no reposa en Jesús, quiero invitarte a hacer esta oración con fe y con todo tu corazón: Mi Dios y creador, perdona mis pecados, reconozco que no hay otro camino para acercarme a ti más que Jesucristo. Reconozco hoy que te necesito y que mi alma tiene sed de ti. Socórreme en este tiempo difícil y ayúdame a permanecer confiando en ti sin desmayar ni retroceder. Límpiame de toda mi maldad y ayúdame a poner mi esperanza en ti y en tu palabra viva. Te amo y quiero amarte hasta el fin.   


Publicado originalmente en su Blog Vestigios en el corazón

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