Lucas | por Héctor Salcedo
«¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos» (Lc. 12:6-7).
Hace algunos años, a mi suegra le fue diagnosticado un cáncer de pulmón. Para toda la familia fue un evento inesperado porque hasta ese momento ella había disfrutado de una excelente salud. Tanto mi esposa como su hermana se entregaron “en cuerpo y alma” al cuidado de su madre.
Médicamente hablando la situación era complicada porque el cáncer había avanzado. Hubo días difíciles, en los que todo parecía indicar que el tratamiento no estaba dando resultado. Lo más angustiante para nosotros y sobre todo para mi esposa era que hasta el momento del diagnóstico, su madre no había puesto su fe en Cristo para la salvación de su alma, y eso era peor que el cáncer mismo.
En momentos como estos, la inclinación natural es el temor y la angustia. Aunque teníamos la teología correcta, no pudimos evitar sentirnos agobiados con el dolor de que mi suegra pudiera partir de este mundo sin Cristo. Es precisamente ahí, donde la enseñanza de Jesús en Lucas 12:6-7 es como «agua fresca en medio del desierto».
La proclamación del mensaje del evangelio traería aflicción a los discípulos, pero Jesús les exhorta a temer a Dios más que a los hombres (12:5). Lo peor que el hombre puede hacer es matar el cuerpo y, si eso ocurre, el alma va a Dios. Pero Dios puede hacer que tanto el cuerpo como el alma perezcan (12:5).
Al declarar esto, queda la sensación de que el dolor experimentado en nuestro cuerpo no es importante para Dios. Pero Jesús, anticipando lo que sus discípulos pudieran pensar en ese momento, les da dos razones por las que ellos no deben tener temor.
El cuidado del Señor
La primera razón para no temer es cuando les dice: «más valéis vosotros que muchos pajarillos» (12:7) Jesús enseña esta reconfortante verdad mostrando la manera minuciosa en que Dios cuida de su creación, específicamente de los pajarillos.
Dos cuartos por cinco pajarillos (12:6). Ese era su valor en el mercado.Un cuarto era equivalente a una hora de salario de un obrero. De manera sorprendente, Jesús afirma que «ni uno de ellos está olvidado delante de Dios» (12:6). Es muy alentador pensar que Dios se ocupa aún de cosas que para muchos no tienen ninguna importancia. Si Dios cuida aún de estos pajarillos de «poco valor», cómo no se ocupará de ti que, según Jesús, vales más.
Esto es así porque llevas en ti la imagen de Dios (Gn. 1:26-27) y además, «él [te] compró con su propia sangre» (Hch. 20:28, LBLA).
El control del Señor
Hay una segunda razón por la que Jesús afirma que sus discípulos no deben temer: “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados” (Lc. 12:7). Dios conoce a los suyos de manera personal y detallada. Es la misma lógica de los pajarillos. Si tus cabellos están contados, Dios tiene conocimiento y control de todos los demás detalles de tu vida.
En sus manos estás seguro y bajo su cuidado puedes descansar. Él nunca te fallará y está siempre en control.
La fidelidad del Señor
Volviendo a la salud de mi suegra, la situación no mejoraba y sentíamos a Dios distante.En ese momento pasó algo en mi trabajo que llamó nuestra atención hacia el cuidado de Dios por nosotros. Un viernes en la noche habíamos terminado un trabajo importante en la oficina. Eran pasadas las nueve de la noche y todos se fueron a casa.
Por error, alguien se llevó documentos importantes de todo lo que habíamos hecho. Esta persona se detuvo a comer algo y su vehículo fue violentado y le robaron su computadora y todos los documentos. Esa noche, yo no me enteré de nada porque la persona había decidido dejar pasar el fin de semana para ver si encontraba alguna solución al problema.
Precisamente, al día siguiente, mi esposa llegaba del extranjero luego de haber estado casi 20 días con su madre, mientras recibía el cuidado médico que requería. El lunes en la mañana, mi esposa tuvo que ir conmigo a la oficina.
En ese momento, recibí una llamada de mi padre, con quién, es importante decir, compartimos el mismo nombre. En esa llamada mi padre me informó que un empleado de seguridad de un establecimiento que está cerca de nuestra iglesia, lo llamó porque encontró dos carpetas con documentos que parecían importantes y que tenían el nombre de “Héctor Salcedo”.
Increíblemente, los documentos robados el viernes anterior, fueron depositados por los vándalos en un depósito de basura cercano a nuestra iglesia. El empleado los vio y, en la providencia de Dios, conocía a mi padre. Cuando mi padre me trajo los documentos, yo aún no estaba enterado de lo que había pasado el viernes.
A los pocos minutos, recibí la llamada de la persona a la que le fueron sustraídos los documentos y me informó del hecho. En ese momento,pude decirle que no se preocupara,que tenía los documentos en mis manos. Demás está decir que se quedó sin palabras.
En todo momento, durante ambas llamadas, mi esposa estaba en mi oficina frente a mí. Ella fue testigo de todo. En ese momento, me percaté del claro mensaje de Dios para nosotros. Si él tenía control de unos documentos que se pierden, también tenía control de la situación de salud de su madre y de su destino eterno.
¡Él nos estaba animando a confiar en él! Mi suegra no está más con nosotros, ¡pero la veremos en gloria! Nuestro bondadoso Señor se ocupó de abrir su mente y corazón y, aunque murió físicamente de cáncer, tal y como pasó con Lázaro, «[su] enfermedad no fue para muerte, sino para la gloria de Dios» ( Jn. 11:4).
Para reflexionar
Dios tiene control de cada detalle de tu vida. Confía en él. Nunca te dejará, ni te abandonará. Puedes creer en su palabra que es verdad, sabiendo que él te ama y que eres importante para él.
Nota del Editor: Este escrito forma parte del Libro: «En ti Confiaré» Meditando en la Fidelidad de Dios en el Nuevo Testamento, publicado por Editorial Bautista Independiente | Usado con permiso | Puedes descargar gratis este y otros recursos aquí
En Ti Confiaré
En Ti Confiaré te ayudará a pensar bíblicamente acerca de la fidelidad de Dios de tal manera que confíes más en él. Dios es fiel y su Palabra lo declara. El libro En Ti Confiaré, escrito por más de veinte teólogos y pastores hispanohablantes brinda veintisiete reflexiones basadas en cada libro del Nuevo Testamento. Estos devocionales te ayudarán a meditar profundamente sobre la fidelidad de Dios. Te animarán, cuando estés pasando por pruebas y dificultades, a acudir a él. Él es fiel y te sostendrá. | Josué Pineda Dale, editor general.
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