Nota del Editor: Este artículo está basado en los apuntes de la Conferencia OnLine, LIDERANDO UNA IGLESIA POST COVID-19, de fecha 13 nov 2020 09:00 PM Buenos Aires, mensaje a cargo del Misionero Carlos Morris.


Cada palabra aquí está cargada de significado:

EVALUACIÓN

Implica determinar el grado de eficiencia y eficacia con que han sido empleados los recursos destinados para alcanzar el objetivo de su labor. La evaluación del desempeño es uno de los cometidos que tenemos que atender.

Como bien se ha observado Dios hace recaer una gran responsabilidad sobre los dirigentes espirituales de nuestras iglesias, bajo quienes ha puesto el cuidado de la grey como hallamos en Hechos 20:28 «Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor». Cabe destacar que este mensaje de despedida del apóstol Pablo es el único de los 8 que registra Lucas, dirigido a creyentes, y es precisamente a ancianos. El honor es muy grande pero la responsabilidad es mucho mayor.

Cuando la meta de nuestra labor es clara, entonces puede elegirse la dirección y el camino para llegar allí. Debo saber a dónde quiero llegar para poder evaluar si estoy yendo en la dirección correcta. Al evaluar el panorama actual de la obra del Señor en este y otros países hago la pregunta que hizo Ezequiel (34.5,6) y el Señor «¿Dónde están los pastores?» con el terrible peligro que entraña esa escasez.

VOCACIÓN

Significa a su vez un llamamiento personal dirigido a la conciencia más profunda del individuo y que modifica radicalmente su existencia, no solo en sus condiciones exteriores, sino hasta en el corazón haciendo de él otro hombre. Pero como observó el gran escritor español, José María Martínez, «De la enseña bíblica se desprende que la vocación al ministerio nada tiene que ver con una inclinación meramente humana como la que puede sentir una persona hacia la música, la política o la medicina. No tiene su origen en una tendencia interior, sino en un auténtico llamamiento exterior y superior, procedente de Dios.»

Es por tanto saber cuál es nuestra misión en la vida. La vocación incluye todo aquello que esa persona se ve llamada a hacer, y lo que da sentido a su vida, y jamás conduce a la pereza. Por eso no nos extraña que el apóstol Pablo amonestara a sus lectores en Efesios 4:1 a andar «como es digno de la vocación con que fuisteis llamados». No tiene pues su origen meramente en una tendencia interior, sino en un auténtico llamamiento exterior y superior, procedente de Dios.

ALCANCES DE SU RESPONSABILIDAD

Privilegio y responsabilidad son dos lados de la misma moneda. O, cambiando la imagen. Si Dios escribe la palabra oportunidad en la parte de afuera de la puerta, del otro lado escribe responsabilidad.

Si bien no debemos tener señorío sobre los creyentes, ellos están a nuestro cuidado «cuidando de ellos» (1P.5:2) que en griego significa ejerciendo la supervisión de ellos, como sobreveedores. Esto no elimina la autoridad ordenada por Dios y correctamente administrada en la iglesia local por los ancianos. Esto se aprecia en otro título que les corresponde, el de obispo o sobreveedor.

Recordemos que su tarea principal es la de coordinar todo, asegurando que se realicen las tareas asignadas. Es alguien que ve el cuadro total y como las distintas partes trabajan juntos. Está sobre los demás para poder ver con claridad desde arriba y así servir a los que están bajo ellos. Están involucrados en la vida de los miembros, sin perder de vista los objetivos bíblicos. Se ha observado que buena parte de los problemas sin resolver en la vida de una iglesia local tienen su raíz en un liderazgo deficiente.

Reconociendo pues la inmensa responsabilidad que recae sobre cada anciano de una iglesia, la palabra CUIDADO nos resulta una palabra apropiada para indicar cuáles son sus funciones, recordando que son estrictamente locales al no tener autoridad sobre otras asambleas. De acuerdo con la Palabra de Dios incluyen el:

C-uidar y Velar

Que hallamos en 1Ped.5:2 «Apacentad la grey de Dios…cuidando de ella» y en Heb.13:17 «vuestros pastores …velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta». Se trata del interés nacido del amor que lleva al anciano a preocuparse por el bienestar de los miembros de la congregación, semejante a la del padre por su propia familia.

Pero no solo deben velar como pastores, sino también como centinelas. Deben proteger al rebaño de todo lo que les puede hacer daño. Es que las vejas, y en especial los corderos, son muy vulnerables.

U-rgir, exhortar y apelar

Pablo le mandó a Timoteo «…que instes a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta son toda paciencia y doctrina» 2Tim.4:2; y a Tito «…exhortar con sana doctrina, y convencer a los que contradicen» (1:9) antes que tener que recurrir a la disciplina en el caso de que no produzca el efecto buscado. Sin embargo, no podemos ignorar que habrá circunstancias cuando la disciplina será necesaria en una iglesia. El Señor describió un proceso para restaurar a alguien que ha cometido una falta, con varias etapas, en Mt.16:15-17. Pero resulta evidente allí que la disciplina es considerada como el último recurso, cuando todo lo anterior ha fallado.

I-nteresarse por el bienestar espiritual de los que están pastoreando

Esto incluye por cierto interceder por cada uno de los miembros- «orando…con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos» (Ef.6:18) Además debe involucrarse apasionadamente, aun pudiendo llegar a las lágrimas como el apóstol lo hizo «…sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas» (Hch.20:19) Se trata de lo que llamamos empatía, aun conectándose con el dolor de esa persona.

D-irigir y gobernar

Pablo nos habla de «Los ancianos que gobiernan bien» (1Tim. 5:17) Esto no implica desde luego controlar, pero si presidir, pero para ello debe ir adelante del rebaño, y lo debe hacer bien. Tanto con la autoridad conferida por el Señor, como por el ejemplo personal. Es que el liderazgo bíblico no depende solo de la capacidad y conocimiento teológico, sino del carácter, la personalidad, y el caminar en el Señor. Además, hay que recordar que es imposible conducir a otros a donde uno mimo no ha llegado, o hablar de lo que nosotros mismos no hemos experimentado. Por ejemplo ¿cómo apelar a la consagración si no lo hemos hecho nosotros antes? ¿O pedir un sacrificio o esfuerzo especial, que nosotros mismos no hemos sido capaces de hacer?

Apacentar, alimentar y estimular

Como pastores que son de la grey. En las palabras de 1P.5:2 «Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella» Por eso ellos tienen que estar bien nutridos -1Ti.4:6 – en la Palabra, y saber llevar a los que están bajo su cuidado a pastos delicados para que ellos a su vez se alimenten bien y crezcan espiritualmente.

De paso resulta muy significativo que la Biblia llame a los creyentes «ovejas» y no vacunos. La analogía es clara: las ovejas van detrás del pastor, en cambio el vaquero va detrás de los vacunos.

D-efender y ayudar a los débiles y necesitados

Como testificaba Pablo «Os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras de Jesús: más bienaventurado es dar que recibir» Hch.20:35. Debe ser un pilar de fuerza sobre el cual puedan apoyarse. En las palabras de Ro.15:1 «los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles» A pesar de todas las demandas sobre el tiempo de los ancianos es necesario que salgan y visiten los hogares de los creyentes de su congregación para así conocer de cerca sus problemas personales y ver la forma de ayudarles en lo que sea necesario.

O-rientar, instar y guiar

Pues según leemos en Tito 1:9 »Es necesario que …sea retenedor de la palabra fiel para que también pueda exhortar, con sana enseñanza y convencer a los que contradicen», no solo desde el púlpito, sino por medio del consejo personal- «…. enseñaros, públicamente y por las casas» -Hch.20:20. Para hacerlo con eficacia debe conocer y usar bien las Escrituras, como obrero «aprobado» 2Ti.2:15 para orientarles bien, y a su vez enseñarles a poder ellos mismos discernir la voluntad divina en sus vidas.

L-abor involucrada

Según Pablo los creyentes deben reconocer «…a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor, y os amonestan» 1Ts. 5:12 – No son figuras decorativas, cumpliendo una misión meramente ceremonial, como algunas monarquías actuales, y su rol no es pasivo sino bien activo – «sin cesar»1Ts.5:17. Si bien deben «adornar la doctrina» como nos dice Tito 2:10, esto no implica evidentemente que deben estar como meros «adornos» sino cumplir un rol bien activo. Que no se diga de ningún anciano lo que dijo un miembro de una congregación: «Él es invisible durante la semana e incomprensible los domingos!».

Como bien se ha afirmado «una visión sin traspiración lleva a la frustración» La palabra empleada significa trabajo y esfuerzo arduo o exhaustivo. Además, es una labor o tarea constante porque la grey necesita atención continua; no limitándose a meramente atender las reuniones o asuntos de la iglesia local, sino trabajar entre los santos, siempre sirviendo en el espíritu de humildad. Por eso el trabajo suyo no es fácil. Por todo ello resulta evidente que esta labor no puede ser llevado a cabo por solo uno o dos ancianos. Se necesita una pluralidad de ancianos bajo el liderazgo del «Príncipe de los pastores». Además, con el paso del tiempo, el retiro. y aún el llamado a la eternidad de alguno de los ancianos, debemos ir preparando a quienes pueden reemplazarlos.

Permítanme un testimonio personal. Después de 23 años como misionero y anciano en una Asamblea en Sevilla España, y consciente de que se acercaba el momento de retirarme, no como misionero, pero sí como anciano, por mi edad, pude hacerlo con tranquilidad y sin cargo de conciencia, porque desde dos años antes había estado realizando un curso especial para ancianos potenciales. De este grupo salieron dos muy prometedores y capacitados alumnos que luego fueron nombrados ancianos, y pude retirarme sin cargo de conciencia. Así se produjo un buen «Traspaso Generacional», que de paso es el título de un libro que Every Day Publications o Publicaciones Cotidianas en Canadá me pidieron escribir, y la Editorial LEC tiene.

U-nidad buscada

En la Iglesia es lo lógico, pero hay veces cuando hay quienes se oponen a alguna de las decisiones que toma el consejo de ancianos. ¿Qué hacer con ellos? Por de pronto las Escrituras nos enseñan los que se conducen en forma insensata deben ser disciplinados como en el caso que se señala en 2Ts.3:14,15 «…amonestadlo como hermano» Pero habitualmente basta encontrarnos con ellos, escucharlos con atención, y si en algo tienen razón, reconocerlo.

Si hay quien viene con alguna queja, y esta es legítima, debemos reconocerlo. Muchos de los que han sido llamados «agentes generadores de problemas» se han disuelto gracias a una razonable transigencia.

Pero en casos más serios, especialmente cuando pretenden causar divisiones, según Tito 3:9-11 deben ser amonestados 2 veces y a la 3ª hay que despedirlos.

A-utoridad delegada

Si hemos sido llamados para esta tarea trascendente, podemos estar seguros que si actuamos en dependencia del «Príncipe de los pastores» y en Su poder, no lo haremos con otros incentivos que no sea de ser «ejemplos de la grey» (1P.5: 2-4). Conscientes que tenemos que siempre rendir cuentas a Él.

Necesitamos siempre recordar la pregunta de Jer. 13:20 «¿Dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?» y poder decir, como lo hizo el Señor «A los que me diste yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió» (Jn.17:2). Realicemos esa labor como si ya los estuviésemos viendo a Él, sabiendo que El sí nos está viendo, e ir así saboreando por anticipado la:

R-ecompensa futura

La recompensa de los ganadores en los Juegos Olímpicos de aquel entonces eran coronas de hojas de roble o hiedra, que pronto se secaban. En contraste absoluto en aquel día futuro los ancianos fieles recibirán una «corona incorruptible» de valor eterno. A su vez la corona de gloria no significa una corona gloriosa, sino que implica compartir la gloria del Señor.

Estoy seguro de que, con tal aliciente por delante, cada anciano cumplirá su labor tan importante con todo esmero y fidelidad. Recuerda la expresión tan significativa «¿De que vale pensar en el futuro si no afecta mi presente?». Por eso estamos seguros de que el presente nuestro se verá afectado positivamente y animado en forma extraordinaria por esa bienaventurada pero también solemne esperanza que escuchemos de sus labios, «bienaventurado siervo, entra en el gozo de tu Señor».


-Carlos Morris | Misionero y pastor retirado, fundador de Instituto Bíblico Jorge Muller de Buenos Aires, Argentina y el Instituto Bíblico Evangélico de Andalucía, España.

LIDERANDO UNA IGLESIA POST COVID-19 – Sesión 1

Bienvenida
Mensaje introductorio – Alexander Strauch – 1 Pedro 5
¿Somos ancianos bíblicos? Evaluando la vocación pastoral a la luz de la Biblia y de la experiencia.
Mensaje – Carlos Morris
Tiempo de preguntas
Cierre

LIDERANDO UNA IGLESIA POST COVID-19 – Sesión 2

Bienvenida
Panel – Moderador: José Telmo
Panelistas – Pedro Bu, Gabriel Cejas, Nathan Díaz, Eduardo Nieto y Richard Harknett.

  • ¿Cómo actuamos frente a la pandemia? Evaluando las respuestas.
  • ¿Con qué escenarios nos encontraremos? Evaluando los desafíos.

Hechos 20
Mensaje – Alexander Strauch
Tiempo de preguntas en vivo con Alex Strauch
Clausura – Nathan Díaz
Cierre

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