
Al final de su primer viaje misionero, el apóstol Pablo invitó a Bernabé a recorrer de nuevo las regiones donde habían fundado iglesias. Su principal preocupación era saber «cómo estaban los creyentes» (Hec.15:36). Esta actitud del apóstol hacia las iglesias recién fundadas estuvo presente durante toda su vida como misionero (Hec.18:23; 2Cor.11:28; 1Tes.2:17-3:5).
¿Cómo esperaba Pablo que estuvieran las iglesias fundadas por él?, ¿cuáles eran los rasgos que debían mostrar los creyentes para evidenciar que permanecían en el evangelio?, ¿cómo podía saberse si una iglesia era todavía la iglesia de Cristo?
Sin duda que Pablo tenía una clara idea de cómo debía ser una iglesia según la voluntad de Dios. El instruyó a Timoteo acerca de cómo debía conducirse en la familia de Dios (1Tim.3.15). Todas sus cartas de alguna u otra manera ofrecen instrucciones acerca de lo que Dios espera que sepa y sea su iglesia (tanto lo que debe conocer como lo que debe hacer).
No sólo Pablo mostró esta preocupación, también lo hicieron los otros escritores del Nuevo Testamento.[1] Se podría decir que todo el Nuevo Testamento fue el resultado de la preocupación que sus escritores tuvieron de que la iglesia llegara a ser la comunidad madura y victoriosa que Dios deseaba. Cada libro refleja esta misma preocupación. Aunque fueron escritos para diferentes destinatarios y en contextos diferentes, tienen en común el deseo de que la iglesia de Dios mostrara el perfil bíblico.
Entonces, es posible para nosotros recuperar el perfil de una iglesia madura o establecida si estudiamos con atención el Nuevo Testamento buscando estos rasgos. El resultado de un estudio así sería una serie de valores o principios que deben ser seguidos por cualquier iglesia que quiera marchar hacia la madurez.
Identificar estos rasgos permitirá a la iglesia tener una definición clara de hacia dónde debe ir. Provee sentido, dirección, seguridad y ánimo. En un tiempo donde la confusión y el conformismo amenazan con ahogar el potencial de las iglesias locales, se hace más necesario este tipo de definición.
Los rasgos de una iglesia establecida
Cuando el apóstol regresó de nuevo a las iglesias fundadas por el equipo misionero durante su primer viaje, Lucas relata que iban «confirmando las iglesias» (Hec.15:41). El término confirmar (gr. epiesteridso) que emplea Lucas en este texto tiene la idea de hacer a alguien firme, sólido, fuerte, establecido. La raíz de esta palabra (y sus derivados) se usa varias veces en el Nuevo Testamento con ese mismo sentido (Hec.14:22; 15:32; 15:41; 18:23; Rom.1:11; 16:25; 1Tes.3:2; 2tes.2.17; 2Ped.1:12). Por eso, cuando usamos la frase «iglesia establecida» estamos hablando de una iglesia sólida, fuerte, firme, madura. En otras palabras, una iglesia que ha desarrollado un nivel de crecimiento estable y evidencia los rasgos de madurez que Dios espera de su iglesia en cualquier tiempo y lugar de la tierra.
Para Pablo no era suficiente fundar las iglesias, era necesario establecerlas. De allí su empeño en instruir, orientar, exhortar y corregir cualquier problema que se presentara en las congregaciones a fin de ayudarlas en el proceso de ser iglesias consolidadas. Hasta el último momento de su ministerio se dedicó a esta labor.
Es posible describir algunas características que, de acuerdo al estudio de los libros del Nuevo Testamento, uno esperaría ver en las iglesias como evidencia de madurez. Permítanos compartir algunas de ellas como un acercamiento inicial.
1. Vida Piadosa
Uno de los aspectos que se destaca en los escritos del Nuevo Testamento es su énfasis en la vida diferente que deben llevar aquellos que han sido llamados a formar parte del pueblo de Dios (Mat.5:43-48; Rom.6:11-14; 12:1-2; 1Cor.6:9-11; Gal.5:1). Se establece un «antes» y un «después» en la vida del cristiano. Términos como santidad, piedad, temor y reverencia se usan con frecuencia para describir la nueva actitud que el creyente debe asumir como hijo de Dios. ¿Qué se apreciará en una iglesia cuyos miembros cultiven una vida piadosa?
- Los creyentes rechazan el pecado en cualquiera de sus formas y se comprometen a una vida de santidad creciente (Rom.6:12-13).
- El pecado es confrontado oportunamente en la comunidad cristiana y el creyente es exhortado a dejar las antiguas practicas pecaminosas (Hec.5:1-11; 1Cor.5:1-13; Gal.6:1-2, 1Ped.4:1-4).
- La nueva conducta del creyente se construye sobre los principios éticos y morales de las Escrituras, las cuales son consideradas normativas (Mat.28:20; Fil.2.14-16; 2Ped.1:19).
2. Dependencia del Espíritu Santo
La iglesia es dinamizada por el Espíritu Santo. Cristo prometió la presencia y acción del Espíritu Santo en sus discípulos como la fuente del poder que operaría en sus vidas (Hec.1:8). Por eso, todas las funciones que la iglesia realiza las hace gracias a la provisión del Espíritu (1Cor.12:7-11). La iglesia depende del Espíritu como una linterna depende de las baterías para poder iluminar. Es necesario el contacto permanente y fluido de los creyentes con el Espíritu Santo para que se hagan realidad las promesas de Dios para Su pueblo. ¿Qué apreciaremos en una iglesia que depende del Espíritu Santo?
- La practica de la oración permanente como recurso para buscar la voluntad de Dios (Mat.26:41; Hec.13:1-3; 14:23; Rom.12:12; 4:2; Fil.4:6; 1Tes.5:17; 1Ped.4:7).
- El desarrollo de ministerios basados en los dones espirituales (1Cor.12:4-11; 1Ped.4:10).
- Las manifestaciones del Espíritu Santo durante el culto son reconocidas con claridad, contribuyen a la edificación de toda la iglesia y se producen en el marco del orden y la decencia (1Cor.14:26-40; 1Tes.5:19-22).
3. Comunión Fraternal
La iglesia es esencialmente una comunidad. A diferencia de una empresa, en la iglesia el activo más importante es la relación con otros. Esta relación debe ser preservada por encima de las diferencias de opinión (Rom.14-15:4). Debemos agotar todos los recursos para vivir y permanecer unidos como hermanos (Jn.17:20-21). Actitudes como el perdón, la tolerancia, la paciencia y el amor deben caracterizar nuestras relaciones y preservar la vida en la comunidad cristiana (Col.3:12-14). ¿Qué mostrará una iglesia que vive en comunión fraternal?
- Los creyentes están pendientes de satisfacer las carencias de los miembros más necesitados (Hec.2:44-45; Gal.2:10; 1Tim.5:16).
- Los creyentes se conocen entre si, no solo de cara, también se conocen a un nivel mas profundo: intereses, necesidades, luchas (1Cor.12:25-27).
- Si alguno cae en una falta, es restaurado por los demás con amor, paciencia y mansedumbre (Gal.6:1-2).
- Los miembros utilizan sus dones, habilidades y recursos para el crecimiento de la comunidad cristiana (1Cor.14: 12; Ef.4:11-16).
- Las personas recién convertidas reciben atención inmediata y son incorporados lo más pronto posible a la comunidad cristiana (Hec.2:42; 11: 23-26).
4. Crecimiento permanente de todos los creyentes
La iglesia es comparada con un edificio viviente en constante crecimiento (Ef.2: 21). Por otro lado, y siguiendo la misma figura, los creyentes son comparados con piedras vivas que están formando el edificio del pueblo de Dios (1Ped.2:1-5). Esta figura, lejos de mostrar una comunidad estática y pasiva, indica un cuerpo de personas que está experimentando un movimiento constante hacia la madurez espiritual. Cada creyente (desde el primero que se convirtió hasta el que lo hizo mas recientemente) está llamado a crecer de manera continua y constante (Col.1.9-10). ¿Qué mostrará una iglesia que está creciendo en forma permanente?
- Los creyentes son instruidos consistentemente como discípulos, manteniendo el equilibrio entre las áreas del conocimiento bíblico, el desarrollo del carácter y las habilidades ministeriales (Mat.28:19-20; Hec.11:23-26; 2Tim.2:2; Tit.2:1-15).
- Los creyentes son orientados a descubrir y desarrollar adecuadamente sus dones espirituales para la edificación de toda la comunidad cristiana (1Cor.12; 1Ped.4:10).
- Los líderes se dedican a la formación de otros líderes emergentes para asegurar el relevo ministerial (2Tim.2:1-2).
- Permanentemente la Escritura es expuesta en forma clara y fiel a la congregación con el resultado que los creyentes son retados a conducir sus vidas de acuerdo a los principios bíblicos (1Tim.4:13; 2Tim.3:16; 4:1-5).
5. Visión reproductora
La iglesia, como un organismo vivo que es, se reproduce en forma permanente. De esta manera garantiza su permanencia en la tierra. Hoy tenemos iglesias porque otras en el pasado se reprodujeron en nosotros. No cabe dudas que la Gran Comisión apunta a este concepto de reproducción constante (Mat.28:19-20). Esta reproducción tiene dos dimensiones: la individual (los creyentes ganan a otras personas para Cristo) y colectiva (la iglesia funda nuevas iglesias). El reino de Dios crece gracias a esta visión reproductora que la iglesia desarrolla. ¿Qué evidenciará una iglesia que tiene una visión reproductora?
- Los miembros desarrollan el evangelismo relacional como un hábito permanente (Hec.10: 24,27; 16:15, 34).
- La iglesia tiene un impacto positivo y evidente en la comunidad que sirve de plataforma para un evangelismo eficaz (Hec.4:4; 5:11, 13; 1Tes.1:7-10).
- La iglesia se reproduce en nuevas iglesias prioritariamente en lugares donde hace falta el testimonio de una comunidad cristiana (Hec.13:1-3; 19: 10; Rom.15: 20; 1Tes.1:1-8
- La iglesia participa en el envío de misioneros a lugares no alcanzados del mundo (Hec.13: 1-3; 2Cor.10: 15-16).
6. Adoración en espíritu y verdad
El pueblo de Dios puede acercarse con plena certidumbre de fe al lugar santísimo, según el escritor de Hebreos (Heb.10:19-25). La liturgia restringida del Antiguo Testamento ha dado lugar a un culto pleno de confianza y libertad. La iglesia ha sido habilitada para adorar a Dios de una manera auténtica y profunda. A esto se refirió Jesús cuando dijo a la mujer samaritana que Dios buscaba adorares que le adoraran en espíritu y verdad. ¿Qué veremos en una iglesia que cultiva la adoración en espíritu y verdad?
- La adoración se entiende, no sólo como un culto público, sino como un estilo de vida en trasformación constante (Rom.12:1-2).
- Los creyentes se reúnen periódicamente para celebrar culto al Señor (1Cor.14:26).
- Las expresiones de adoración pública y privada están en total armonía con la Escritura y parten de una clara comprensión de ella (Jn.4:23-24).
- Cada creyente y familia cultiva una vida devocional permanente (Mr.1:35).
- Las formas de adoración son vehículos eficaces de expresión espiritual, culturalmente relevantes y bíblicamente consistentes (Ef.5:18-20; Col.3:16; 1Cor.14.26).
7. Liderazgo bíblico
El cuerpo de Cristo necesita dirigentes que la conduzcan hacia la obediencia a la voluntad de Dios. Desde un principio, Pablo se preocupó por establecer ancianos en cada congregación fundada (Hec.14:23; 20:17; 1Tim.3:1-7; Tit.1:5-9). Estos hombres eran responsables por la enseñanza, cuidado y supervisión de toda la comunidad cristiana, por lo que debían reunir los requisitos exigidos por el Señor. Otras funciones ministeriales fueron añadiéndose según lo determinaba la necesidad de la comunidad (Hec.6:1-7). ¿Qué mostrará una iglesia que tiene un liderazgo bíblico?
- Los Pastores/ancianos/obispos son hombres fieles que reúnen las condiciones establecidas en 1Tim.3:1-7; 5:17; Tito 1:5-9; 1Ped.5:1-4.
- El liderazgo pastoral trabaja como un auténtico equipo evidenciando armonía, consenso, co-dependencia y co-responsabilidad (Hec.20:28; 1Ped.5:1-4; Fil.2:1-4).
- Los ancianos o pastores ganan el respeto, consideración y sujeción de la congregación (1Tes.5:12-13; Heb.13:17).
- Hay hombres y mujeres que evidencian un auténtico compromiso con el ministerio en todos los niveles de liderazgo donde Dios los ha establecido (Hec.20: 28; Rom.12:6-8; 1Tim.4:14; 1Ped.4:10).
- El liderazgo evidencia una profunda vida espiritual y un constante perfeccionamiento de su carácter como base de su ministerio. Lo que son llega a ser la plataforma de lo que hacen (1Cor.9:24-27; 1Tim.4:12; 2Tim.2:15; Tito 2:6-8).
- Los creyentes son colocados en el ministerio sobre la base de sus dones espirituales, su carácter y su fidelidad (1Tim.4:14; 2Tim.2:2; 1Ped.4:10).
8. Sana interdependencia
Las iglesias en el Nuevo Testamento se apoyaban unas a otras en un apropiado modelo de interdependencia. La iglesia de Jerusalén mandó a un hombre clave hasta la recién fundada comunidad cristiana en Antioquia para fortalecer el trabajo allí (Hec.11:22). Posteriormente, los hermanos de Antioquia enviaron recursos materiales para ayudar a los hermanos que vivían en Judea (11:27-30). Este modelo de apoyo mutuo fue evidente en las iglesias del primer siglo. Ellas se animaban mutuamente a través del ejemplo, enviaban hombres claves a apoyar el trabajo en otros lugares, recogían ofrendas para ayudar a otros creyentes. En este apoyo nunca se perdía la centralidad e identidad de cada iglesia local. ¿Qué mostrará una iglesia que tiene sana interdependencia con las demás?
- La iglesia es un modelo para otras iglesias (1Tes.1:7)
- Provee recursos para ayudar a otras iglesias y ministerios, aun más allá de sus fronteras (Hec.11:22; 27-30; Rom.15:26; 1Cor.16:1; Fil.2:25; 4:14-16).
- Reconoce su interdependencia con otras iglesias y participa con ellas para hacer avanzar el reino de Dios en el mundo (2Cor.8:1-4; 9:1-5; Fil.2: 25; 4:14-16).
9. Sostenimiento apropiado
La iglesia asume el compromiso de sostener de una manera apropiada el avance del reino. Por ello se muestra una clara conciencia del valor y compromiso de la ofrenda para el desarrollo permanente de la obra lo cual incluye el sostenimiento adecuado de los ministros que lo requieran, el socorro a los creyentes necesitados, el apoyo a otras iglesias y la ejecución de proyectos ministeriales, entre otros. (Hec.2: 42; 4: 34; 11: 27-30; Ef.4: 28; 1Tim.5:9; 1Cor.9: 13-14; 1Tim.5: 17-18). ¿Qué evidencia una iglesia que asume el sostenimiento apropiado de sus ministerios?
- La ofrenda se asume como un compromiso personal con Dios para el sostenimiento de la obra y se celebra bajo los principios de regularidad, espontaneidad (es voluntaria), orden y proporcionalidad (cada uno da de acuerdo a cómo el Señor le ha prosperado). El diezmo no aparece como normativo para la iglesia en el Nuevo Testamento sino la ofrenda voluntaria (1Cor.16:1-2; 2Cor.9:7).
- La responsabilidad del manejo administrativo en la iglesia debe ser entregado a hombres espirituales que evidencien los dones y carácter necesarios para tal responsabilidad (Hec.6:1-7).
- La iglesia debe sostener a los ministros y ministerios que así lo requieran (1Tim.5:17-18; Tit.3:14).
- La iglesia debe enfocarse prioritariamente en ayudar a aquellos creyentes que en verdad tienen necesidades evidentes y no pueden por ningún otro medio recibir ayuda económica (1Ti.5:3, 5-10). Al mismo tiempo debe animar a los creyentes a sostener a los de su casa para no ser carga a la iglesia (1Tim.5:8).
- La iglesia debe exhortar a todos a trabajar honradamente para ganarse la vida, sostener a sus propias familias y tener para ayudar a otros (2Tes.3:6-15).
10. Familias sanas
La iglesia es una familia de familias, es decir, es una comunidad compuesta por familias individuales. Frecuentes son las instrucciones en el Nuevo Testamento dirigidas a los miembros de la familia para que vivan de acuerdo a la voluntad de Dios (Mat.5.27-28; Mat.19:1-9; Ef.5:21-6:4; 1Ped.3:1-7). Cada familia está comprometida a obedecer las directrices bíblicas acerca del papel de cada miembro como familias individuales y como parte de la iglesia como «familia de familias». ¿Qué podríamos apreciar en una iglesia que tiene familias sanas?
- Los hombres de la congregación son entrenados para ser los líderes espirituales de su familia (Ef.5:22-33; Col.3:18-19).
- Las mujeres mayores aconsejan a las más jóvenes en su rol como esposas y madres (Tit.2:4-5).
- Cada miembro de la familia natural se preocupa por obedecer las directrices bíblicas: Esposos (Ef.5:22-33; Col.3:18-19; 1Ped.3:7); padres (Ef.6:4; Col.3:21); hijos (Ef.6:1-3; Col.3:20).
Las ventajas de que una iglesia pueda identificar con claridad los rasgos de madurez presentados en el Nuevo Testamento son evidentes:
- Permite una guía o agenda para establecer metas y proyectos a corto, mediano y largo plazo.
- Provee un marco para la organización de la iglesia bajo estructuras realmente funcionales y totalmente armonizadas con la visión de una iglesia establecida.
- Permite enfocarse en tareas prioritarias para alcanzar la madurez eclesial.
- Posibilita la evaluación bajo criterios de salud bíblicos y medibles
- Desafía permanentemente a la iglesia a la superación
- Protege a la iglesia de desviaciones doctrinales y prácticas
Tal y como lo señalamos al comienzo, cada iglesia debe hacer su mejor esfuerzo en identificar los rasgos que el Nuevo Testamento señala de lo que Dios espera de ella. Una vez que estos rasgos han sido identificados, entonces será necesario dedicarnos con empeño en evidenciarlos en nuestra comunidad cristiana.
Este artículo es un intento por mostrar algunos de esos rasgos. Es una tarea que usted, amado pastor, misionero o líder debe continuar haciendo junto a su equipo de trabajo. No hay gozo comparado al de aquel que sabe lo que Dios espera que haga y dedica todo su esfuerzo, tiempo y recursos a hacerlo.
[1] Aun los evangelios y el libro de Hechos, que son relatos históricos, fueron escritos para instruir acerca de lo que la iglesia debía creer acerca de Jesús y los apóstoles, y de los ejemplos que debía imitar (vea el prologo de Lucas en Lc.1.1-4 y el epílogo de Juan en Jn.20:31). También el libro de Apocalipsis tiene un mensaje para las iglesias proveyendo ánimo, exhortación y esperanza.

Samuel Marcano es mentor de ProMETA en el Departamento de Biblia. Licenciado en Teología, tiene cursos en lingüística aplicada y una Maestría en Teología Contemporánea de ProMETA. Además sirvió por muchos años como pastor en la Iglesia Dios es Amor de Maturín, Venezuela
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