Romanos| por Alberto Solano

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro. 8:18). 

A lgunos más, algunos menos, pero todos sufrirán en esta vida. Es inevitable. Por más amistades, preparativos o seguros que tengas, ya sea directa o indirectamente, padecerás en algún momento. 

Para unos, esto puede ser causa de miedo. Pero el cristiano reconoce que, aunque en este mundo habrá aflicciones ( Jn. 16:33), un día Jesús traerá justicia y libertad de toda tristeza. Hay una esperanza que debe animarte y alentarte en medio de las pruebas: Aunque en la vida sufrirás, algún día estarás con Cristo para siempre, libre de dolor y pesar, segando los beneficios de tus pruebas en este mundo. 

Puedes estar convencido de ello, y encontrar esperanza y fortaleza. 

La realidad del pecado

Precisamente de esto escribe Pablo en Romanos 8:18, proveyendo verdades en las que puedes pensar en medio de las pruebas momentáneas que experimentes, para así poder confiar en la fidelidad de Dios.

Primero, el tiempo presente es pasajero y está contaminado por el pecado. Dios creó al mundo perfecto y bueno para su gloria (Gn. 1:31), pero cuando entró el pecado por medio de Adán, la creación fue corrompida y expuesta a maldad (Ro. 8:20; Gn.3:18), dando lugar a las atrocidades que vemos a nuestro alrededor. 

La creación está esclavizada a la corrupción (Ro. 8:21) y gime, esperando que la presente condición pecaminosa a la cual fue sujetada —lo que Pablo llama “las aflicciones del tiempo presente” (8:18)— llegue a su fin. En este mundo hay tristezas y dolores, pues las cosas no están bien gracias al pecado que impera por el príncipe de este siglo (Ef. 2:2), de allí que experimentamos enfermedades, problemas, tentaciones, condenaciones y adioses. 

Además, la condición caída de la creación no solamente afecta lo que sucede a nuestro alrededor, como terremotos, pandemias e inundaciones, sino que, primordialmente, afecta el corazón humano, dando lugar a pleitos, problemas, presiones y un mundo de maldad. 

La certeza del cristiano

No obstante, en medio de todas estas aflicciones, tienes una seguridad inamovible: a pesar de que sufras en esta vida, algún día vivirás en un mundo restaurado, libre de pecado e injusticia, con cuerpos glorificados, libres de tentación y condenación, porque Dios así lo prometió. 

Un día “enjugará Dios toda lágrima de [tus] ojos. . . ; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor” (Ap. 21:4; cp. 7:16-17). Vivirás con Jesús, serás libre de aquello que, por el pecado, causa muerte, llanto, clamor y dolor. 

Tu cuerpo y tus facultades no tendrán más corrupción, no habrá más abusos ni pleitos, sino que tendrás un cuerpo glorioso, perfecto e ideal para vivir en gozo y paz para siempre (1 Co. 15:42-50). A esto se refiere Pablo con la frase “la gloria venidera que en ti ha de manifestarse”(Ro. 8:18). Las promesas de esperanza que Dios te ha dado son mucho mayores, “no son comparables” (8:18), con lo que padecerás en esta vida. 

Pues, cualquier tribulación en este mundo no solamente es momentánea, sino que es para tu bien (8:28), para que crezcas en madurez y seas más como Cristo (8:29), produciendo “en [ti] un… más excelente y eterno peso de gloria” (2 Co. 4:17). 

La gracia de Dios

Pero ¿por qué prometería Dios todas estas cosas siendo como eres? Todo hombre, habiendo nacido con una naturaleza caída y perdida (Ro. 5:12), odia a Dios, ama el pecado y no puede hacer lo bueno (3:10-18). Por ende, merece un castigo eterno bajo la eterna ira del Señor (1:18; 3:23; 6:23). 

Pero, a pesar de que merecías la muerte y condenación (6:23), Dios, por su gracia y amor, te redimió del pecado (5:8), te declaró justo delante del Padre (3:24-25) y te adoptó por gracia mediante la fe (8:15). Ahora no te llama enemigo, sino “hijo de Dios” (8:13, 16, 19, 21), y como hijo, eres heredero, es decir, tienes derechoa la glorificación futura, cuando se completarán todas las promesas por las cuales Jesús te dio salvación (8:17, 30).¡Eso es la gracia de Dios! 

La fidelidad de Dios 

Por eso, aunque en medio de los sufrimientos sea difícil pensar en otra cosa que “las aflicciones del tiempo presente” (8:18), puedes estar seguro de que Dios es fiel (Dt. 7:9) aun en tu debilidad (2 Ti. 2:13). Puedes, como dice Pablo, “[tener] por cierto” (Ro. 8:18) que esta esperanza es verdadera e inquebrantable,aunque el llanto continúe por un momento más. 

Aun frente al trago de tristeza más amargo, puedes estar convencido d e que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,ni potestades,ni lo presente,ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada [te] podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús [tu] Señor…” (Ro. 8:38-39). 

Así que, resumiendo lo que Romanos 8:18 enseña, cuando te encuentres en medio de sufrimiento y pruebas, recuerda que los pesares y problemas en este mundo son pasajeros y momentáneos, ninguno de ellos está por encima del control y autoridad de Dios. 

Recuerda que, si has creído en Jesús para salvación, tienes una esperanza prometedora que se manifestará cuando Jesucristo regrese, trayendo justicia perfecta a un mundo pecaminoso. Dicha esperanza es infinitamente mejor que tus aflicciones presentes. Y, finalmente, recuerda que, aunque estés en el valle de sombra de muerte más tenebroso, puedes tener por cierto que nada podrá separarte del amor de Dios que es en Jesucristo. 

Para reflexionar 

Así como puedes estar seguro de que habrá aflicción en tu vida, puedes estar seguro de la fidelidad de Dios en tu vida. Nada podrá separarte de él. Un día él hará todo nuevo y estarás con él.


Nota del Editor: Este escrito forma parte del Libro: «En ti Confiaré» Meditando en la Fidelidad de Dios en el Nuevo Testamento, publicado por Editorial Bautista Independiente | Usado con permiso | Puedes descargar gratis este y otros recursos aquí

En Ti Confiaré En Ti Confiaré te ayudará a pensar bíblicamente acerca de la fidelidad de Dios de tal manera que confíes más en él. Dios es fiel y su Palabra lo declara. El libro En Ti Confiaré, escrito por más de veinte teólogos y pastores hispanohablantes brinda veintisiete reflexiones basadas en cada libro del Nuevo Testamento. Estos devocionales te ayudarán a meditar profundamente sobre la fidelidad de Dios. Te animarán, cuando estés pasando por pruebas y dificultades, a acudir a él. Él es fiel y te sostendrá. | Josué Pineda Dale, editor general.

Compartir

1 Comentario

Johnny Sánchez Sánchez · 1 septiembre, 2020 en 11:54 am

Excelente reflexión! Dios ha sido bueno y siempre vendrá en nuestro auxilio, no importa la situación adversa que estemos atravesando. Bendiciones.

Deja un comentario

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.